Medir un mensaje
Lo que distingue a una empresa, científico, o líder con mentalidad de futuro es dar el salto y hacer de la cultura y el nuevo saber de la información su fuerza motora.
El universo está compuesto de información, porque todo está formado por información y contiene información. Cada mensaje es una masa de información que encierra todas las claves de lo que es en sí mismo y lo que representa para el conjunto. Por eso hay que medir el grado de contaminación (=desinformación) que contiene un mensaje, porque de ello depende el resultado de todo. Eso es lo que hace el Sistema VAC que creamos y desarrollamos en Multimedia Capital en los años noventa, abriendo el campo de la infometría (la ciencia de lo intangible que mide la información).
Y se puede medir igual un mensaje biológico, electromagnético, o del comportamiento humano y de sus organizaciones, porque el sistema de información intangible que utilizan es el mismo. Es lo que hace que tanto las moléculas orgánicas como los hombres utilicen el mismo mecanismo automático de la percepción para procesar la información que guía su comportamiento. Los resultados de una empresa, la imagen y credibilidad pública de un gobierno, la estabilidad del sistema financiero, y de los propios avatares personales y de las sociedades, dependen de ello. Artículo ‘La fuerza de la percepción’
Además de sus efectos destructivos y mortales el cáncer simboliza bien lo que significa el resultado de un mensaje de desinformación. Una célula percibe negativamente a otra y se transforma en un elemento maligno y agresivo que se reproduce y ataca para destruir las partes sanas del organismo. El hecho de que una célula maligna no se manifieste como tal, y enmascare o aparente ser igual a las sanas, hasta que el daño al organismo es patente o sea descifrada y detectada por médicos y científicos, implica un proceso necesario de desinformación. Utilizan la información para desinformar y conseguir sus objetivos propios. Lo mismo sucede cuando se utiliza la información para hacer aparente y atractivo el sistema financiero, las expectativas de una empresa, o la política de un Gobierno, cuando los resultados verdaderos conducen a una realidad opuesta y de carácter destructivo.
Las empresas, gobiernos, y toda organización, para evaluar y medir la gestión y resultados de sus inversiones en información, marcas, reputación, credibilidad, o responsabilidad social ante sus clientes, los mercados, y la opinión pública, necesitan medir la calidad de su información, porque es lo que manejan. A mayor desinformación mayor riesgo e ineficiencia, y a más calidad de la información mayor eficiencia y competitividad, y menos riesgos.
Para medir y analizar la información científicamente el SISTEMA VAC procesa matemáticamente miles de operaciones en tiempo real, que permiten descifrar en forma de metadatos como afectan y con qué resultados cada parte de un mensaje de información. Pudiendo analizar así que grado de desinformación contiene para desorientarnos, confundirnos, desarmarnos, generar falsas posibilidades, fabricar escenarios irreales para satisfacer deseos e ilusiones que atraigan la atención, el interés, a clientes o inversores.
*Autor del libro SOMOS INFORMACION. La nueva ciencia de lo intangible